domingo, 20 de diciembre de 2009

Derrota en casa ante el Getafe.

Es innegable que el papel del Sevilla en esta Liga fuera de su estadio es de matrícula. Son muchos los puntos sacados lejos de Nervión y podrían servir para estar muy, muy arriba.

Sin embargo, la fragilidad mostrada por nuestro equipo en casa no nos permite ir más allá de la tercera plaza (con permiso de lo que el Valencia pueda hacer esta noche). Y es que los nueve puntos que han volado de nuestro estadio son demasiados.

La derrota ante el getafe ha sido casi un calco de los anteriores tropiezos en casa. Partidos en los que fallamos inmumerables ocasiones de gol y donde el rival es capaz de marcar en casi todas las llegadas que acumula.

Esto es preocupante.

Hay que salir de esta peligrosa espiral y convertir de nuevo el Sánchez-Pizjuán en un fortín.

En otro orden de cosas, ya conocemos el rival de octavos en Champions.

Será el CSKA de Moscú.

En principio somos superiores, aunque no hay que olvidar que jugaremos a -20ºC y en césped artificial.

Tenemos una bonita oportunidad para alcanzar los cuartos de final de la máxima competición de clubs.
Esperemos que para entonces hayamos resuelto los problemas caseros que arrastramos.

2 comentarios:

conchita dijo...

Pienso que en los últimos tropiezos en casa mucho tiene que ver la alineación inicial. Hay esquemas de juego que resultan inútiles casi desde el inicio del partido, y Jiménez o no lo ve o no lo quiere ver (no sé qué es peor...), de modo que hasta que no se corrige el asunto con los cambios, el equipo no da señales de ir realmente al ataque con fundamento (lo de Koné de titular es de libro. ¿Esto es un equipo de fútbol o una ong?).
Ello significa a veces echar a la basura un tiempo y la mitad del otro. Con lo caros que están los puestos de arriba, mala cosa es ésa.
A ver si la navidad clarifica un poco las ideas del cateto de arahal.

Miguel - mggv dijo...

Es cierto.
Últimamente nos está dando por tirar las primeras partes en casa.
Siempre llegamos en desventaja, con 0-1 o 0-2.
Luego, pues cuesta un mundo remontar.
No sé si es cosa del sistema o del "once" que Jiménez pone en el campo pero lo que está claro es que hay que cambiar...para mejor.