Hay que pensar en positivo.

La temporada no ha empezado bien, no.

La no consecución del título de Supercopa de España, después de golear al Barcelona en Nervión, pesó mucho para la clasificación de nuestro equipo de cara a la fase de grupos de la Champions.

A pesar de que el Sporting de Braga no es mal equipo, no hay que ocultar con eso que la eliminación de la máxima competición continental es un sonoro fracaso para el Sevilla, que se tendrá que conformar este año con la Europa League.

Como siempre hay que ser positivos, no conviene olvidar que ha sido esta competición la que nos ha hecho grandes y nos ha puesto en el mapa de Europa. A partir de las dos Uefas conquistadas, el Sevilla ha crecido de forma ostensible.

Aunque la eliminación de la Champions sea económicamente es un desastre, quizás deportivamente podamos este año de nuevo dar una campanada y sumar algún otro título a los seis que hemos logrado en los últimos cuatro años.

Firmaría todas las temporadas perder la Supercopa de España, pues significaría haber ganado la Liga o la Copa. Y firmaría jugar siempre la previa de la Champions, donde sin duda en un futuro próximo tendremos más suerte.

Otros equipos con la misma masa social y posibilidades que nosotros pasean sus camisetas por la segunda división española.

Por lo demás la temporada se ha enderezado en liga. El 1-4 en el campo del Levante nos ha demostrado que este equipo sabe levantarse pronto de los palos que recibe.
La Liga volverá a ser de dos, eso que nadie lo dude, y lo seguirá siendo mientras Madrid y Barça manejen presupuestos de 400 millones de euros y los demás no puedan alcanzar la barrera de los 100.

¿Podría un seat panda de 60cv adelantar a un porsche carrera de 300cv en una autopista? Se me antoja complicado mientras el desnivel presupuestario sea de este calibre.

Pero sí espero luchar por las cuatro primeras plazas y por volver a llegar lejos en la Copa y en la UEFA.

Para firmar, un año más (¿cuántos van?), una temporada de ensueño.