Tercera derrota consecutiva ante un equipo pequeño

La trayectoria del equipo en Liga comienza a ser preocupante. Ayer encajamos nuestra tercera derrota consecutiva, y lo hicimos de nuevo ante un equipo menor, de esos llamados cada año a la pelea por evitar el descenso.

Parece que últimamente sólo damos la talla ante los grandes, como sucedió con el Valencia en Copa. Quizás, ante la visita de estos equipos de poca monta, la relajación y la confianza en nuestra superioridad nos juega malas pasadas.

Cero puntos de los últimos nueve disputados son un malísimo bagaje. Nuestros rivales por entrar en Champions no van a perder siempre. Tarde o temprano comenzarán a ganar sus partidos y nos apearán de los puestos nobles de la tabla.

Ya hemos acumulado, en sólo tres encuentros, el mismo número de derrotas que las cosechadas en toda la primera vuelta.

De nuevo, bajo mi parecer, Jiménez erró en los cambios. En la grada parecía evidente que Duscher, con tarjeta amarilla, debía de haber sido sustituído mucho antes de su expulsión.
Un jugador, cuyo principal recurso es jugar al límite del reglamento, no debe permanecer en el campo mucho tiempo después de haber sido amonestao, y menos si el colegiado es un tal Bernardino.

La expulsión, como todos sabemos, fue determiante en el resultado final. Parece que no sabemos jugar con uno menos...ni con uno más. Últimamente, sencillamente, parece que no sabemos jugar.

Hay que despertar, y pronto, ya que la Champions se nos puede volver a escapar por tercera vez en los últimos cuatro años después de haber estado desde principios de Liga en esas posiciones.

Esto hay que superarlo. Confiemos que sea el próximo Domingo contra el Español.