Empate a nada

El partido de esta tarde ha sido calcado al que nos apeó de la copa de la UEFA hace tan sólo tres días. La única diferencia radicó en que el Mallorca no tiene la pegada ni la suerte de la Sampodoria.
La lectura que hay que sacar del encuentro es que difícilmente ganaremos algún partido con planteamientos de este tipo. Si no se crean ocasiones (una sola, que terminó en el larguero) es difícil ganar. El equipo está fuerte en defensa, por lo que no suele encajar goles (somos el segundo equipo menos goleado de la categoría), pero a base de empates no se consiguen los objetivos por los que ahora luchamos.
La presencia de Capel en el campo es cada vez más cuestionable. No encara y sus jugadas acaban siempre en un pase horizontal o hacia atrás. Está pidiendo a gritos un tiempo en el banquillo. Adriano debió salir mucho antes, aunque eso habría sido ir a por el partido, y no ir a verlas venir, como parece que estamos jugando estos últimos encuentros.
Ahora que nuestros rivales están jugándo entre sí, es el momento de puntuar y abrir una buena brecha de puntos. Esperemos que en los próximos partidos pueda ser así. Estoy un poco cansado de que mi equipo pierda los objetivos por gol-average en la última jornada.
Nadie está pidiendo títulos, o goleadas en cada partido. Lo que se pide es un poco de ambición. No siempre los de arriba van a meter las pocas ocasiones que tengan.
Muñiz Fernández volvió a deleitarnos con una nueva expulsión, esta vez de nuestro entrenador. Curiosamente y a raíz de que Jiménez abandonara el banquillo se vieron los mejores minutos de nuestro equipo.

A ver si el nuevo año nos depara una nueva actitud del equipo y de nuestro entrenador. Plantilla hay para eso.