Buen resultado en Moscú.

El Sevilla ha sacado un buen resultado en la ida de los octavos de final de la Champions League.

Bajo el frío moscovita, el gol de Negredo ha servido para empatar a un gol ante el CSKA de Moscú. Buen resultado, aunque con un regusto amargo, ya que íbamos ganando 0-1 al descanso.

La sensación fue que el Sevilla pudo hacer algo más en el partido, ya que se contagió del ritmo cansino de los risos. Quizás hubo algo de falta de ambición con el 0-1, ya que la condición física de los rusos era muy baja y quizás se podría haber aprovechado ese factor para dejar la eliminatoria resuelta.

No obstante, el resultado es magnífico y nos permite pasar la eliminatoria con cualquier victoria o con un empate sin goles.

Ante nuestra afición.

En el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Importante victoria en el campo del Mallorca.

Por fin nuestro equipo se ha reencontrado con las victorias a domicilio en Liga.

En la previa de una semana donde vuelve la Champions, el Sevilla visitaba el campo más difícil de toda la primera división. De hecho, el Mallorca había ganado todos los encuentros disputados allí.

A pesar de la masacre a la que nos sometió el árbitro (gol ilegal del Mallorca porque el balón sale y expulsión injusta de Negredo) conseguimos ganar por un gol a tres.

Y es que por fin el Sevilla estuvo activo y dinámico sobre el campo. Eso es lo que le pedimos al equipo; que presione y que robe balones lejos de nuestra portería.

A pesar de los nuevos errores de Duscher, el equipo no encajó más que el mencionado gol ilegal y, gracias a los marcados por Navas, Drago y Perotti, pudo traerse los tres puntos y dejar al Mallorca a 6 de diatancia (gol-average incluido).

El miércoles espera el CSK en Moscú. Se presume un partido helado, a casi 20 bajo cero.

Allí estarán los gadiadores de Nervión para traerse un resultado esperanzador para la vuelta.

Séptima final de Copa del Rey

Esa es la única realidad que hay.

Nuestro equipo disputará la séptima final de la Copa del Rey, en busca de su quinto título.

Atrás queda el camino más duro posible que podíamos tener. Atrás quedan rivales como el Getafe, el Deportivo...el Barcelona. Atrás quedan todos menos uno.

Ese uno, que se decidirá en el partido de esta noche entre Rácing y Atléico, morderá el polvo si nuestro equipo muestra su verdadaera cara.

La de ayer no lo fue, claro que no. El equipo jugó fatal, timorato y retraído. Estuvo a merced del Getafe durante todo el encuentro e hizo de jugadores como Pedro León y Parejo auténticas estrellas.

Pero eso al fin y al cabo da igual. Los finalistas somos nosotros. Y si hemos podido pasar esta elimiatoria y la del Barcelona sin ser mejores que el contrario, es que hemos adquirido eso que en estos círculos deportivos se llama "la suerte de los campeones".

Ahora me acuerdo de aquel partido de la UEFA del año 2007 donde, siendo mucho peores que el Shaktar, Palop nos daba vida con un cabezado espectacular. El resultado de todo aquello no podía ser otro que acabar campeones del torneo. Una proeza así lo merecía.

Pues eso es lo que pienso que pasará en este caso. El haber dejado atrás a rivales de tanta entidad y el haberlo hecho con estas dosis de sufrimiento y fortuna, no puede tener otro final que el de ser campeones.

Cuando el mes de Mayo vaya tocando su fin lo descubriremos.

Jiménez no rota...renuncia.

Es lo que tenemos que deducir después del partido de hoy...y de otros muchos en los que hemos rotado este año.

Porque se puede rotar, si, y hacerlo con cabeza y con sabiduría. La sabiduría que debe tener aquel que es el entrenador de un equipo.

Para mi, y es mi opinión, jugar con un centro del campo compuesto por Lolo-Duscher es sinónimo de TIRAR el partido.

Ya lo he dicho otras veces que Jiménez ha sacado a esta pareja de centrocampistas. Son dos jugadores que NO crean absolutamente nada y que siempre están al borde de la expulsión por su juego duro. Juegan siempre hacia atrás y lo más que arriesgan es a jugar en horizontal.

Cuando estos dos jugadores están en el equipo a la vez, el Sevilla no tiene el balón. Ya puede estar delante el Barcelona, el Zaragoza o el Alcoyano.
Es ver la alineación y saber, conocer, estar seguros de que el partido se pierde sí o sí. Vamos, saber que se tira el partido. De cien veces que juguemos, perdemos 99.

Me niego a creer que en un plantel con 100 millones de prespupuesto no hay otra alternativa que Lolo-Duscher cuando se quieren hacer reservas.

Es increíble.

Tan increíble como que se repite una y otra vez.

Por favor, que se recupere ya Fazio de una vez que esto no lo aguanta otra vez ni un aficionado del Conquense.

Partido feo, feo, feo de nuestro equipo, que ha sido borrado del campo por un rival que el año que viene estará en segunda división. Un campo en el que han ganado casi todos y donde nosotros no hemos existido. No hemos tenido ni la posibilidad de empatar.

Si en el partido anterior aplaudimos el cambio de Jiménez, hoy hay que criticar, claro que sí. No hay que defender siempre al entrenador aunque lo haga mal. Si lo hace mal, se dice y punto. Y no se dice con ánimo de que rueden cabezas. Se dice con la intención de que los errores tan claros que se cometen, no se vuelvan a repetir.

Criticamos porque queremos creer que es posible hacerlo mejor. Que es posible sacar un equipo mejor para rascar algo en el campo. Que es posible, sencillamente, hacer algo más que NADA.

Quintos en la tabla y superados de nuevo por el Mallorca, un equipo cuyo presupuesto no nos daría ni para balones.

Si por lo menos después de hacer el ridículo hubiéramos salido indemnes...pero ni eso.

El "excelente" planteamiento del hoy y otras veces "iluminado" Jiménez nos deja dos expulsados (Negredo y Stankevicius) que no podrán jugar el próximo partido.

Con estrategias así ya sabemos que la lucha por entrar en Champions, con Bilbao, Getafe, Mallorca y Dépor, será dura, durísima.

El Valencia tiene una mejor idea de lo que vale ser tercero.

Pie y medio en una nueva final

Después del partido de ayer noche, el Sevilla tiene pie y medio en la final de la Copa del Rey.

Sería la segunda final de Copa en tres años y la posibilidad de ganar un sexto título en el corto periodo de 4 ejercicios.
Algo increíble, más cuando han tenido que pasar 50 años para que hayamos vuelto a ver a nuestro equipo levantar copas.

Hay sevillistas de 50 años que el primer título que han conocido en vida fue la Copa de la UEFA del año 2006. Bendita Copa que cambió nuestras vidas.

Pero volvamos al partido de ayer.

Salió el Sevilla nervioso, timorato y retraído. El Getafe manejaba el partido a placer y sólo un inconmensurable (cuánto le debemos) Palop nos mantenía con vida en el partido y en la eliminatoria.

Llegó el minuto 35 y Jiménez quitó a Negredo para dar entrada a Romaric. Este cambio no gustó a gran parte de la grada, parte en la que me incluyo. No estoy seguro de si el cambio de rumbo que tomó el encuentro a partir de este momento se debió a esta sustitución o a una mayor implicación del equipo con ese "toque" de atención que suponía dar salida a un nuevo jugador.

Porque ante el Valencia, con un esquema parecido al del inicio, barrimos a la escuadra ché.

El caso es que la cosa cambió para mejor y, no sin dosis de suerte, el partido terminaba con un 2-0 muy alentador para la vuelta.

Sólo nos queda congratularnos por el resultado y apoyar a muerte al equipo para que pueda llegar a la final.

Una veces criticamos a Jiménez por sus planteamientos.

Ahora toca aplaudir.

Vuelta a la normalidad

Terminó la Copa África y volvió la normalidad.

Volvimos a jugar con dos delanteros...y lo mismo.

Estaba tan claro...aunque para algunos no lo parecía.

Pues eso, que ayer el Sevilla le ganó al Valencia por 2-1 después de hacer un partido de esos que hacía bastantes semanas que no veíamos. Tuvo que volver Zokora al centro del campo y dar respiro y refresco a los otros 10 que había sobre el campo.

Negredo tuvo por fin su día de gloria y Navas dió de nuevo un espectáculo total.

Volvemos a plazas de Champions y este miércoles pelearemos por entrar en una nueva final.
Confiemos en que Zokora no se lesione porque como tengamos que volver al trivote...